miércoles, 26 de noviembre de 2014

APUNTES SOBRE LA HISTORIA DE LOS JUGUETES DE PAYA HERMANOS.


1893. Desde el taller de hojalatería se inicia de la fabricación de juguetes. Realizan menaje miniaturizado manejando la hojalata y la soldadura. Lo venden en las ferias y mercadillos de la comarca.

A principios del siglo XX abandonan la soldadura al introducir la técnica del engafado a base de moldes de madera dada su habilidad en la manipulación de la hojalata. La energía que usaban se generaba por tracción animal. Un burrito dando vueltas, movía el malacate de las máquinas.

1905. Rafael Payá Picó vende a tres de sus hijos, Pascual, Emilio y Vicente, la hojalatería el día 3 de Febrero.

1909. Se celebra en Valencia la Exposición Regional y Payá participa en la misma con una vitrina modernista que contenía ya una amplia variedad de modelos de hojalata. Solicitan su participación, con el nº 95, del siguiente modo: “La Sin Rival. Fábrica de juguetes metálicos. Sistema Payá. Construcción por medio de engafes. Resistencia increíble”. Se les galardona con medalla de oro.


1910. Se les invita a participar y concurren a la Exposición Nacional de 1910 también en Valencia y en la que se celebró en Buenos Aires con motivo del primer centenario de la independencia de Argentina.
El éxito obtenido por sus fabricados ya a nivel internacional, está en la base de los inicios de la competencia. Cuatro de sus empleados se independizan creando la firma A.B. Verdú y Cía. que siete años más tarde se convertiría en Rico S.A.

1912. Se convierte en Cía Regular Colectiva con la nombre de Payá Hermanos.
En esa época la energía ya la producen con un motor de gas pobre. Se supera el centenar de trabajadores que llegan a 200 en los incios de los años veinte.

1924. Se transforma en S.A. el 2 de julio con un capital social de un millón de pesetas. La extensión de la fábrica era de unos dieciséis mil metros cuadrados.

1931. Payá sacó al mercado el emblemático coche de carreras Bugatti y el primer tren eléctrico superando los anteriores que eran de arrastre y con resorte de cuerda.

1934. Raimundo crea la marca Rai con la que nombra a la novedad mundial del primer cine sonoro que incorporaba música e imágenes. El Cine Sonoro Rai se patenta en 6 naciones diferentes: USA, Inglaterra, Francia, Alemania, Suiza y Argentina.

1936. Aparece la famosa moto Tuf-Tuf.
El 3 de Noviembre se cede la empresa a los Sindicatos Obreros que junto a Rico pasan a formar la empresa Industrias Payá y Rico socializadas. U.G.T.

1937. El 14 de septiembre convierten la empresa en Cooperativa Rai. El número de obreros era de 500. 350 de ellos eran mujeres.

1938. La Subsecretaría de armamento se hace cargo de la cooperativa. Pasa a ser la fábrica nacional nº 27 y la destinan a la producción de balas. Especialmente las de calibre de 7 mm, espoletas y otros materiales bélicos. Se trabajaba 24 horas todos los días de la semana.

En tiempos de guerra se fabricó un miliciano de hojalata con fusil al hombro y puño levantado que fue una transformación del policía que ya figuraba en catálogo con anterioridad.
Otra producción atípica fue la fabricación de monedas de curso legal solo para el pueblo. Se emitieron 10.000 monedas de una peseta y otras de real.

1939. Tras múltiples vicisitudes, terminada la guerra, la fábrica vuelve a sus propietarios originales. Si difícil era conseguir materias primas más aún lo era conseguir energía debido a las restricciones. Para paliar estos inconvenientes se volvió a utilizar el motor de gas pobre que incluso sirvió, en ocasiones, para dar luz a todo el pueblo.
Para solucionar el problema de la materia prima se recurrió a los botes de conserva. Todo eran economías también en los modelos. Este fue el momento en que hicieron su aparición los coches pulga.

1943. Se concede a Pascual Payá Lloret la medalla de oro al mérito del trabajo. En septiembre se pone en marcha la Escuela de Aprendices y Formación Profesional con el fin de formar a los empleados del taller mecánico en las especialidades de matricería y ajuste. La escuela fue la cuna de los nuevos empresarios que contribuyeron a engrandecer y promocionar la industria juguetera ibense.

1944. Se fabrica la locomotora de tren Santa Fé al mismo tiempo que RENFE la pone en funcionamiento. Payá obtuvo los planos. En esta época fueron los trenes el juguete mimado por Payá y por el mercado por eso su imagen, durante mucho tiempo se asoció con los trenes.

1948. Se inaugura oficialmente la fábrica de Payá en Alicante aunque realmente había comenzado en 1945. Se especializó en juguetes destinados a las niñas como el famoso Palomitón, Dulcecotón y las cocinitas.

Payá adquiere la primera máquina que se importó en España de inyección de plástico.
Siguen años de expansión.

1962. Se fabrica el Tiburón Citroen Payá que es el primer juguete que se publicitó en Televisión. Y se continua con la fabricación de otros muchos coches de carreras como el Lotus el Ferrari 250-P-5, el Le Mans. El moto-ciclón, el Mercedes C-111, todos ellos teledirigidos, efectos luminosos y puertas practicables, y las pistas de carreras bajo la licencia Strombecker y la gran serie de camiones y tractores de Barreiros.
1985. Después de años de bonanza la crisis juguetera termina con la empresa que se ve obligada a hacer suspensión de pagos. Surge entonces la Cooperativa Payá.

Los fondos de juguetes de Payá, 4.400 piezas, pasan a constituir el mayor acervo
Del Museo Valenciano del Juguete de Ibi.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

CINE SONORO RAI.

Por Raimundo Payá Moltó.
raimundopaya@telefonica.net
Cartel publicitario.

Dentro del mundo de los juguetes antiguos mucho se habla de los de hojalata, y más en concreto de los fabricados en la época llamada de oro o esplendor de Paya que dicen abarca de 1920 a 1936 del pasado siglo.


Por eso figuran como piezas emblemáticas, entre otros, el Bugatti y la moto Tuf Tuf pero no he visto que se resalte para nada el Cine Sonoro Rai, cuando fue un juguete con varias patentes internacionales.
En el libro “Payá 1905-2005 Cent anys de Joguets” Catálogo editado con motivo de la Exposición realizada en el MuVIM, del 30 de Noviembre de 2005 al 9 de Enero de 2006, en el apartado de la Edad de Oro de Juguetes dice que sobresalen los juguetes históricos y los agrupa en los siguientes apartados: Coches de carreras, aviones, motos, tranvías, personajes mecánicos, barcos y barcas, transporte público, vamos al circo y camiones. Pero no hace mención alguna a la serie de cocinas con su menaje que son de una verdadera belleza.






Del cine dice que en 1934 Payá, ante el triunfo del cine Nic, de los hermanos Nicolau de Barcelona, sacó al mercado el Cine Sonoro Rai que combina la producción de las imágenes con la audición sonora o musical que le acompañan. Era una combinación muy ingeniosa de pianola y cine. La película es de papel con perforaciones por donde sale el aire impulsado por un fuelle situado en el interior que hace vibrar las lengüetas de una armónica. Al estar las perforaciones y las imágenes en la misma película, se sincronizan los sonidos y los dibujos. El mecanismo era muy sofisticado para la época tanto que muchos años después este mismo sistema se adoptó en las computadoras de tarjetas perforadas que solo dejaban pasar la información por la parte perforada.
Tamaña innovación merecía una marca nueva. Es a partir de ese momento cuando comienzan a utilizar la marca Rai.

Vista interior mecanismo funcionamiento.de la máquina.


En el mercado español existía efectivamente el Cine Nic pero mi padre, como técnico de Payá, se documentó ampliamente. No se conformó con estudiar ese aparato sino que también investigó los cines de juguete del mercado internacional como el Dougraph Inc. de Nueva York, La linterna mágica de Leonard Mullerd de Alemania de 1930, y el Pathé Baby de Francia entre los mas importantes.
Todo esto lo sabemos gracias a los fondos del Museo Valenciano del Juguete que proceden de Payá Hermanos S.A. Los 24 tipos de cines, están catalogados pero no expuestos. Pertenecen a diferentes épocas. De España debemos destacar el modelo Jefe Baby fabricado por la Industria Saludes de Valencia. Del mercado internacional también son dignos de mención el Bral de Italia, el Cine Minilar de la firma Minilap, el G.W. de Hong Kong y el Taki y el Piccolo de Alemania entre otros muchos.
Del Cine Sonoro Rai hay que destacar que se patentó, además de en España, en Francia, EE.UU., Alemania, Gran Bretaña y Argentina.


                                            Patente Francia 10 Mayo 1935

En Francia se presentó la patente con fecha 13 de noviembre de 1934 a las diez horas y un minuto. En Alemania el 1 de noviembre de 1934 y se aceptó con el número 653182. En Gran Bretaña el 10 de mayo de 1935, aceptándola el 3 de enero de 1936 con el número de expediente 13742/35. En Argentina se concede el 12 de julio de 1935, por diez años, y con fecha 21 de abril de 1945 fue de nuevo renovada. El documento consultado dice: “actualmente está en explotación en el territorio de esta República y se conceden licencias a terceros para seguir explotándola”. La firma que lo fabricaba se llamaba Staff.
En U.S.A. se patentó el 23 de Enero de 1935 con el número 2.075.470, a partir de la patente de Suiza del 24 de octubre de 1934.


      Patente Alemania 1 Nov. 1934       Patente Ingleterra 10 Mayo 1935



     Patente Argentina 12 Julio 1935         Patente USA 30 Marzo 1937

Estas patentes internacionales confirman el carácter pionero e innovador del Cine Sonoro Rai un juguete que como ningún otro combinaba la imagen y la audición musical.

                                 
       Dibujo Esquemático y detalles de las Patentes del cine sonoro

El proceso de invención de este modelo lo desarrolló mi padre Raimundo, aportando la técnica en sí pero la llevó a cabo con la colaboración de su amigo Claudio Reig que era un gran aficionado a la música. Le ayudó en el apartado de sonido, entre los dos construyeron un estupendo juguete que superaba con creces al líder del mercado el cine Nic.
Máquina con sonido.


Hay que resaltar que Claudio Reig fue el primer taller auxiliar de la Industria del Juguete que se montó en Ibi. Además del mecanismo del cine sonoro fabricó los que simulaban el llanto o la risa de las muñecas. Posteriormente evolucionó hacia la fabricación de armónicas.
Claudio Reig empieza como taller auxiliar en un porche, sito en las cuatro esquinas, la parte de la calle Mayor donde él vivía. Luego pasó a montar una pequeña fábrica en el carrer Les Eres número 40. Así empezaban la inmensa mayoría de las industrias ibenses, desde una pequeña infraestructura evolucionaban gracias a la reinversión de los beneficios que se generaban con su trabajo diario, excepto la fábrica Rico S.A. que es la primera industria que se monta en Ibi con un fuerte capital inicial.

Características de los cines Rai :
Máquina y película con perforaciones para sonido.

El sonido se consiguió a base de una armónica que presenta una serie de ranuras coincidentes con las lengüetas, con independencia unas de otras. Por estas ranuras al paso de la cinta y a medida que coinciden con ella los agujeros de la película, el aire que genera un fuelle, pasa y produce los sonidos.
La película agujereada que contenía las imágenes y los textos podía ser de papel, celuloide o tela aunque las películas de Payá eran todas de un tipo especial de papel vegetal.
En 1934 se hicieron dos modelos con la misma carcasa. El de referencia número 720 era el sonoro. Tenía un peso de 2.070 gramos. El de referencia número 722 era mudo y tenía un peso de 829 gramos. Este modelo se replicó en 1940 en plena posguerra, con la referencia 724 tenía un peso de 560 gramos. La reducción del tamaño de la carcasa se debió a dos motivos fundamentales: abaratar el precio y ahorrar materia prima puesto que la hojalata era escasa.


En 1945 seguía la escasez. Fabricaron entonces el Mono Cinema un modelo muy simplificado del mudo y totalmente distinto. Su referencia era la 743 y tenía un peso de 50 gramos. Lo publicitaron mediante un cartel simpático y representativo de la forma de hacer publicidad de aquellos años.



 Las películas se fabricaban en Barcelona. Eran de nueve milímetros y con ranura central para insertarse en la lengüeta del aparato


                       Máquina y pelicula sin sonido.
                                       
                                           Los titulos de las peliculas eran muy atractivos.


            
          Peliculas sólo con dibujos sin perforaciones para el sonido.

En las instrucciones para el funcionamiento de los proyectores, referencia 720, 722 y 724, lo mas curioso es lo que dice en cuanto al enfoque: “la proyección debe hacerse como máximo a tres metros. Al enchufar el proyector si las figuras se vieran borrosas se enfocará regulando por el tubo objetivo hasta que la proyección resulte bien, debe comprobarse la proyección en las dos posiciones de la manivela en las cuales debe quedar la pantalla lo mas igualmente iluminada posible. Si así no ocurriese se puede variar la posición de la lámpara aflojando el tornillo situado en la parte posterior y en lo más alto del proyector, moviendo la tapa en sentido vertical hasta ver mejorada la proyección.” Y continúan: “Se da vueltas a la manivela en el sentido de las agujas del reloj hasta el fin”. Y concluyen con esta nota : ”Es conveniente apagar la luz del proyector durante el tiempo de cambiar las películas” . Esto no era solamente para ahorrar luz, que ya era importante, sino para que no se fundiera la lámpara, durara mas y no calentara innecesariamente el aparato.

Las películas
       
                 Pelicula con estuche y enrrollada.

Pelicula desplegada con sus perforaciones y dibujos

Las mudas tenían la referencia 723 y las sonoras la 721. Los dibujos de las películas, en un principio, fueron realizados por un dibujante valenciano. Después de la guerra civil, desde 1940, las realizó Patricio Payá Belda natural de Novelda con el que mi padre trabó amistad en el Castillo de Santa Bárbara de Alicante que fue habilitado como cárcel. Aunque llevaba el apellido Payá no era de nuestra familia. Seguramente mi padre le ofreció este trabajo porque conocía bien sus dotes artísticas. En la cárcel pasaba muchas horas haciendo caricaturas graciosísimas. Aceptó el trabajo y se vino a vivir a Ibi. Se hospedaba en la hostería del pueblo. Fue él quien sugirió a los dueños que le pusieran por nombre Hostería El Laurel en memoria de Don Quijote de la Mancha. Aún hoy conserva este hermoso nombre.
Patricio era un personaje culto y con un gran sentido artístico. Además de inventar, escribir y dibujar las películas diseñó toda la cartelería publicitaria de Payá de los años 1940 y 1945 incluyendo el anuncio del Mono Cinema.
Estuche, cinta, titulo y precio de una de las películas de mono cinema.


Instrucción y catálogo de una de las peliculas.

Estuche pelicula y certificado de calidad del producto.

Las películas mostraban los cuentos infantiles más populares como
Blancanieves y los siete enanitos, La Cenicienta, Caperucita Roja, Alí Babá y los 40 ladrones y otros. También se ocupó de D. Quijote de la Mancha y de las fiestas y costumbres del pueblo que plasmó en títulos como Las Tortas del tío Juan y muchos más. Pero lo mejor fueron los personajes que Patricio creó como Carlitos, un niño que bailaba la popular Raspa, y en sucesivas peliculitas nos contaba sus aventuras, sueños y correrías; Pepillo el detective; La bruja Pepa; Pedrín; Mikito contrabandista, boxeador, en el circo, en la selva mejicana o en América. Toni y sus aventuras en el buque pirata o en la isla Betúm.
Y esto es sólo una pequeña muestra porque había referenciados ciento un títulos. El catálogo también avisaba de los que estaban en preparación y del mes en que iban a salir al mercado.
Pero lo que con más cariño recuerdo eran las tardes de los domingos, los únicos días en que mi padre no iba a la Fábrica, que nos reunía en torno al cine sonoro Rai y nos proyectaba todas esas peliculitas que tan felices nos hacían. Junto al cine, como más tarde ante las primeras televisiones, nos reuníamos familiares y amigos. Con el cine Rai nos lo pasábamos bomba. Me siento orgulloso de que esa marca sea el nombre con el que me conocen mis allegados.

miércoles, 5 de noviembre de 2014






MEDIOS DE TRANSPORTE EN LOS CATALOGOS DE PAYA.

Por Raimundo Payá Moltó
raimundopaya@telefonica.net


Estudiando el catálogo de Payá Hermanos S.A. del año 1925, en el apartado medios de locomoción puede apreciarse cómo el juguete es un fiel reflejo de la época y la sociedad en que se vive. Tartanas, barcos, coches y trenes nos hablan de cómo fueron estos medios de transporte.
Los primeros modelos son, todos ellos, con tracción a caballo bien sea uno, dos o más. Es curioso que las dos tartanas que figuran en la página primera cuyas referencias son 247 y 248, siguen apareciendo en la tarifa de precios de 1937 con un precio por docena de 7 pesetas y 5’75 respectivamente. Sin embargo las referencias 1, 2, 3, 4 y 540 ya no aparecen. Habían dejado de fabricarse. Seguro que ya habían dejado de usarse.


En la página segunda de este mismo catálogo solamente continuaba fabricándose en 1937 la referencia 341 un barco a vapor de dos chimeneas al precio de 2’50 pesetas la docena. Posiblemente los demás quedaron obsoletos.
El ferrocarril que figura en la página tercera continua en el 37 pero lo curioso del mismo es que se fabricaba a cuerda como señalan las referencias del 811 al 817 ambas inclusive. Este mismo modelo tuvo otras variantes sin cuerda referencia de la 314 a la 328. La explicación es que en Payá se asignaban las referencias del siguiente modo: los modelos sin cuerda o resorte van desde el número 1 al 599 y los modelos con resorte desde el 600 al 992. Sin embargo la firma Rico en sus tarifas nunca hizo esta distinción.

En el catálogo de 1934 Payá presenta los trenes envasados en sus propias cajas de cartón al contrario que en el catálogo del 25 donde los juguetes se presentaban sin caja alguna. Utilizaban envases de cartón con un simple cuño un tampón con la marca Payá como atestigua la caja del Bugatti que todavía no tenía litografía alguna.
Qusiera resaltar que Payá no usó litografías en las cajas hasta los años cuarenta del siglo pasado. Al principio las litografías simplemente iban pegadas en las tapas de las cajas del clásico cartón amarillo que Payá usaba en aquellos tiempos que además de la litografía seguían mostrando el tampón con el cuño de Payá y además dentro había un papelito con el número de operario responsable del control de calidad que se hacía en la sección de empaquetado.
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Yo recuerdo que había un gran almacén con grandes montones de estos cartones amarillos que iban troceándose en distintos tamaños, y se doblaban hasta conseguir los muy diferentes envases que precisaban para el embalaje de cada pieza. Nada se desperdiciaba. Los pequeños trocitos que sobraban se utilizaban para anotar el control de las piezas fabricadas y allí las encontrabas siempre en los cajones que acumulaban cada juguete antes de ser envasado.

La introducción al catálogo de 1930 titulada “A manera de prólogo” encontramos las siguientes palabras: ....Esta casa en el ánimo de ir introduciendo siempre mejoras en la fabricación de sus artículos y siendo la primera que en España implantó la fabricación de juguetes por los procedimientos de engrapado y mecánico, ha conseguido con su larga experiencia y asiduidad en el mejoramiento del artículo, llegar a reunir en su fabricación una extensa colección con el mas severo escrúpulo y bajo la vigilancia de personal experto y ello desde la selección de materias hasta el acabado de las piezas que hace el que su buen funcionamiento sea la mayor propaganda, motivo por el cual están solicitados, cada día más en el mercado.......

Nuestros ferrocarriles son fiel miniatura de lo auténtico; su gran solidez y estabilidad, permiten el que adquieran velocidades inconcebibles en juguetes de su categoría, lo que revela también su excelente calidad.
JUGUETES DE PLAYA

Por Raimundo Payá Moltó
raimundopaya@telefonica.net

Cuando hablo de juguetes de playa me refiero a los juguetes que se usaban para jugar en la arena y con el agua del mar, aunque también se utilizaban en parques y en general al aire libre.
Las vacaciones, hoy en día, son un derecho laboral pero anteriormente eran un lujo que solo se permitían las familias acomodadas.
Recuerdo hacia los años cuarenta del pasado siglo, cuando fui con mis padres a la Playa de Levante de Benidorm. En toda esa inmensa playa solo habitábamos tres familias. Nosotros, el abuelo del actual torero de Valencia, Barrera, y unos señores de Madrid. Qué diferente de la aglomeración de nuestros días.

Todo esto viene a colación porque, como fácilmente puede deducirse, el mercado de los juguetes de playa era muy escaso. En estos momentos los juguetes de playa son un capítulo importante y el cambio no ha venido solamente por la cantidad de niños y niñas que los utilizan sino porque ya no son de hojalata litografiada con mango de madera sino de puro plástico.

Mi padre, cómo no, nos trajo los cartones de juguetes de playa compuestos de pala corta y larga, rastrillo, moldes para hacer estrellas de mar, peces y conchas. Llenándolas de arena húmeda, alisándolas con las palas y desmoldándolas, nos pasábamos horas. El cubito, era una mochila con el fin de transportarlo con mayor comodidad en las mañanas de vacaciones junto al mar. Las tardes las dedicábamos a pescar en el puerto porque a la playa en aquel tiempo sólo se iba por las mañanas.
Recuerdo que trajo la sencilla canoa que se empezó a fabricar en 1935 pero, por supuesto, sin el resorte mecánico de cuerda que lo convertía en fuera borda. Eso estaba destinado a superficies de agua más tranquilas no estaban hechos para las olas del mar. Tenía una longitud de 36 cms. y sus colores eran amarillo, verde y rojo.     Canoa Pof Pof 1935

También trajo la motora referencia 919, igualmente sin resorte, de hojalata serigrafiada en rojo, azul, blanco y negro. Tenía 18 cms de eslora. El conductor era una figura de chapa mientras que el salvavidas y las piernas del conductor tan solo estaban dibujadas sobre la cubierta.
La canoa Pof-Pof era muy divertida por el sonido que emitía pero no servía para la playa. Solo podíamos verla evolucionar en un buen barreño o en la bañera de casa.
Payá en su primer catálogo de juguetes a todo color, solamente tiene las referencias 431 y 432 que son dos cubos. El mayor de 85x85 mm. Y el pequeño de 60x60. Ambos de chapa litografiada. Sin embargo en la tarifa de precios de 1937 de las Industrias Payá y Rico socializadas U:G.T. Ibi únicamente aparece la referencia 432, al precio de 2,50 pts la docena.

Aprovecho la ocasión para hacer el siguiente comentario sobre el famoso primer catálogo de Payá. Estudiosos y coleccionistas de juguetes lo datan en 1923. La verdad es que no sé con que fundamento realizan esta aseveración porque en su portada se puede leer: Payá Hermanos S.A. Bien es verdad que era costumbre denominarlos Payá Hermanos desde los inicios aunque se tenía como marca La Sin Rival y ya el 15 de Diciembre de 1912 los tres hermanos Pascual, Emilio y Vicente hacen su escritura como Compañía Regular Colectiva como Payá Hermanos. Sin embargo hasta el 2 de julio de 1924 no realizaron la escritura como Payá Hermanos S.A. En consecuencia podríamos pensar que el catálogo no sería anterior a esa fecha.

Payá hasta después de la guerra civil en los años cuarenta, realmente no fabricó juguetes de playa. Entre otras cosas porque en Vigo la firma Rei tenía la chapa litografiada a pié de fábrica. La chapa litografiada abundaba por aquellos lares gracias a la industria conservera gallega. En consecuencia vendían estos artículos a muy bajo precio. Era difícil competir con ellos.
Juguetes Hispania de Barcelona que fabricaban artesanalmente juguetes de hojalata unida con soldadura y pintada, tiene catalogadas panoplias con utensilios para jugar en la playa. Barcelona estaba junto al mar pero Payá y Rico, que también hizo cubitos, estaban en la montaña. Cubrir los treinta y seis kilómetros que separan Ibi de la costa alicantina suponía una aventura y varias horas de viaje.
No obstante los cubitos tenían otra utilidad. Servían también para guardar los estropajos y el jabón y era habitual verlos junto a los fregaderos de muchas casas. Creo que este uso contribuyó a que fuera el objeto más fabricado.
Los coleccionistas de los juguetes de playa de hojalata litrografíada, tienen, en general piezas impecables, nuevas. Seguramente las habrán adquirido en jugueterías antiguas como me contaba uno de ellos. Cuando iban a cerrar alguna juguetería antigua se pasaban a ver que tenían guardado y así se hicieron con cubos, palas o rastrillos porque los que se utilizaban en la playa se perdían, se oxidaban o estropeaban con el tute que le dábamos todos los críos.

miércoles, 9 de julio de 2014

JUGUETES PARA NIÑAS.
COCINAS Y MENAJE EN PAYA HERMANOS.

Por Raimundo Payá Moltó
raimundopaya@telefonica.net

Los inicios de la fabricación de juguetes de Payá hemos de situarlos en 1.893. Esta fecha está documentada en un par de anuncios publicitarios de los que uno se adjunta. Estos anuncios datan de 1963 fecha en que los fundadores aún estaban en activo. Fueron ellos quienes escribieron: “Payá Hermanos S.A. presenta la gama de juguetes más completa. Una evolución constante desde 1893”.
Lo primero que fabricaron en aquellas fechas fueron candiles, lecheras, aceiteras y demás utensilios domésticos. Los fundadores eran hojalateros y simplemente repitieron, a tamaño reducido, los objetos que vendían habitualmente en los mercadillos y ferias de los pueblos de la comarca como Jijona, Castalla, Alcoy e incluso Alicante.

Lo que manufacturaban en su hojalatería de Ibi, iban a venderlo en una tartana con su correspondiente burrito. Quizás por eso la tartana pronto se incorporó a los juguetitos iniciales destinados a las hijas y nietas de sus clientas habituales. Así se dieron a conocer a nivel comarcal.
A partir de 1909, cinco años después de la primera escritura de constitución de la sociedad, es cuando Payá se da a conocer a nivel regional, gracias a su participación en la Exposición Regional de Valencia. Llevaron una vitrina modernista con juguetes mas elaborados, a los que incorporaron las gafetas y no solo la soldadura. Con esta vitrina ganó una medalla de oro y la invitación a participar en la Exposición de Buenos Aires de 1910. Con ello llegaría su lanzamiento internacional.


La hojalata se trabajaba encima de matrices de madera. Con la porreta, un pequeño martillo de terminación redonda, le iban dando golpes hasta que conseguían la forma que deseaban. Los fundadores de Payá fueron muy hábiles en dar forma al metal no solo fabricando juguetes sino también en la compostura de instrumentos musicales como rezaba en su primera tarjeta de visita de La Sin Rival.
Mi abuelo Pascual tocaba el clarinete en la Banda Municipal de Ibi. Sin duda el desarrollo de esta afición fue crucial en la adquisición de tamañas habilidades. Hay facturas que demuestran que incluso desde La Coruña le remitían instrumentos musicales para su arreglo.


Esto viene al cuento para entender en qué circunstancias se desenvolvían los fundadores. Si estudiamos el primer catálogo de 1925 veremos con las referencias números 1, 2 y 4 los carritos con su burrito ya con gafetas. Replicaron el medio de transporte que usaban para la distribución de sus fabricados.
En cuanto a la fabricación de cocinas si nos fijamos en este mismo catálogo vemos como las cocinitas económicas que llevaban chimenea y datan de los inicios, números de referencia 54, 55, 59, 60, 61 y 62 estaban pintadas en negro y se acompañaban de sus accesorios de ollas y cazos no solo de hojalata sino también de aluminio. La docena de cocinitas nº 62 con sus accesorios costaba 180 pesetas. O sea que cada conjunto salía por 15 pesetas cifra nada despreciable para el año 1937 y que marca la diferencia con la cocinita más sencilla de referencia 54 que solo costaba 3’50 pesetas.


En estos primeros años las cocinas económicas, o sea, las que funcionaban con leña, se pintaron de negro como eran las de las casas. Sin embargo, ya en el catálogo de 1945 esas mismas referencias se presentaron pintadas en color rojo y blanco para darles un toque de modernidad.
La cocina con batería más pequeña fue la número 68. Iba en un cartón acompañada de dos cucharas, bandeja, rallador y demás utensilios todo ello de una modestia muy en consonancia con las penurias de los años cuarenta.
En Payá también se fabricaron cartones con juegos de tazas, platos, cucharillas y tetera con número de referencia 546. Las referencias 545, 550 y 549 eran juegos de platos, tazas, cafetera y alguna llevaba bandeja.
A partir de 1946, en la factoría que abrieron en Alicante, se fabricaron juguetes para niñas que ofrecían mayor variedad: la batidora de referencia 66. La olla a presión referencia nº 20 y una cocina eléctrica, referencia nº 51, con resistencias y su correspondiente batería de cocina de aluminio. Ya en los años cincuenta se comercializaron un fregadero con depósito de agua y una lavadora manual todos ellos bajo la marca Rai que era otra de las marcas de Payá.



En el tríptico publicitario de 1965 ya presentaron la Cocina Corberó de butano; la estufa Otsein también a butano; el frigorífico Edesa; la Minipimer que batía y la aspiradora Fagor. En aquella época de los inicios de los electrodomésticos, era un signo de modernidad imitarlos incluso añadir la marca.
Lo importante en esos juguetes era su realismo. En consecuencia todos llevaban su motor, sus luces de encendido y una pequeña resistencia para lograr el efecto de calor, movimiento, o frío con el fin de que se parecieran lo más posible a los que se usaban en casa. Incluso la publicidad destacaba que las asas eran aislantes, resistentes al calor y llevaban unos fieltros para poder cogerlas sin miedo a “quemarse” al igual que hacía mamá. Todos estos juguetes eran de gran calidad comparable o a veces superior a los tan alabados coches, trenes o barcos.


En los años setenta Payá inició una nueva serie de juguetes para niñas, el primero fue el Dulcenieves y sus cuatro gustitos. Con él se preparaban helados. Posteriormente llegó el emblemático Palomitón con el que se podían hacer palomitas. Raro fue el hogar que no disponía de uno. Con el Dulcecotón se hacía algodón de azúcar y con el Golositón, un horno en miniatura, se hacían dulces y comiditas de verdad. Se vendía con sus correspondientes recetas. Como se puede apreciar todos los nombres terminaban en “on”. Una fórmula sonora para la TV, donde se anunciaron y que tan buen resultado dio al primer juguete que se anunció por este medio el famoso Tiburón Citroen Payá. Aún se recuerdan muchos de estos anuncios por su fácil rima.
Algunas veces me han preguntado si estos juguetes eran sexistas. Yo creo que la pregunta no es pertinente. Hay que pensar que esa era una época determinada donde los derechos de las mujeres estaban muy mermados y sólo se pensaba en su papel como madre y esposa. De ahí que a las niñas, desde la infancia, se las encaminaba hacia los quehaceres domésticos. Los juguetes también sirven para reflexionar sobre el tiempo que nos toca vivir en cada etapa de la historia.





miércoles, 4 de junio de 2014

Presentación en el Teatro Río del documental ‘Payá: 100 anys donant la llanda’ Un homenaje a la industria juguetera y a la familia Payá





El viernes 30 de mayo, a las 21:00 horas, se presentó en el Teatro Río: 
‘Payá: 100 anys donant la llanda’,
Un documental sobre la trayectoria de la fábrica de Juguetes Payá, dirigido por el valenciano Ernest Sorrentino y producido por Alatake.
El estreno de este documental tuvo lugar en la Filmoteca de Valencia el 3 de abril, y estuvo presente en él la Consellera de Educación, Cultura y Deporte, Mª José Catalá. El documental ha sido posible gracias a la ayuda de CulturArts IVAC.




‘Payá, 100 anys donant la llanda’ invita al espectador a descubrir y apreciar los orígenes de la marca Payá en la creación de juguetes, especialmente desde que en 1893 surgiera el primer juguete de hojalata elaborado de manera industrial. En 1902 se modifica el modo de elaboración de los juguetes pasando de la soldadura para unir las diferentes piezas que lo componen al modo de las "Gafetas,pusas y endiduras. En 1905 el pionero del juguete ibense Rafael Payá Picó vende a sus tres hijos Pascual, Emilio y Vicente el taller de hojalateria.




En el año 1909 Payá asiste a la "Exposición Regional Valenciana" obteniendo un notable exito, otorgandole un diploma y medalla de Oro, siendo invitados a la exposición internacional de Buenos Aires con ocasión del primer centenario de la independencia de Argentina en 1910. 
La sociedad Payá Hermanos se constituye juridicamente en Sociedad Anonima en el año 1924.
Editando en el año 1925, su primer catálogo impreso, documento muy apreciado por miles de coleccionistas. 




En esta producción se revisan documentos, fotos, recuerdos y vivencias de una saga familiar que consiguió en poco tiempo crear una de las empresas de juguetes más importantes del nuestro país, contando en los años treinta, con más de 500 trabajadores. Es en las paredes de Payá Hermanos donde se gestó la industria juguetera en Ibi, siendo un importante centro de producción juguetera y de empleo local.

A mediados de los años cuarenta fue cuando se inaguro una sucursal en Alicante como consecuencia de la mano de obra en Ibi, por los mismos años Payá creo la escuela de apréndices de mañana y tarde siendo escuela profesional en horario nocturno.


La iniciativa de realizar un documental sobre la historia de esta empresa pionera, surgió de Ángel Raga Payá, bisnieto de un fundador de la fábrica ‘Paya’ y actual Director General del Grupo Mecomlys S.L., y productor ejecutivo de la productora valenciana Alatake que ha realizado el largometraje. Su proyección en Ibi es un deseo de la productora del documental, que ha querido presentarlo en la ciudad en la que se forjó el crecimiento de Payá y que vio nacer a sus principales protagonistas 

El Ayuntamiento de Ibi ha acogido la proyección del documental con gran entusiasmo, dado el su gran valor sentimental y el significado que la fábrica Payá tiene en el municipio. Rafael Serralta, alcalde de Ibi, declaraba que “contar con un documento gráfico de estas características, con una calidad de producción excepcional, hará posible que no se pierda nada de una historia que ha servido para hacer soñar a miles niños y que en Ibi tiene un gran protagonismo. El juguete es para Ibi un sentimiento común y compartido por todos y, sin duda, Payá es el germen de este símbolo por el que somos conocidos en todo el mundo”.









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