miércoles, 21 de octubre de 2009

JUGUETES DE PLAYA

Por Raimundo Payá Moltó
raimundopaya@telefonica.net

Cuando hablo de juguetes de playa me refiero a los juguetes que se usaban para jugar en la arena y con el agua del mar, aunque también se utilizaban en parques y en general al aire libre.
Las vacaciones, hoy en día, son un derecho laboral pero anteriormente eran un lujo que solo se permitían las familias acomodadas.
Recuerdo hacia los años cuarenta del pasado siglo, cuando fui con mis padres a la Playa de Levante de Benidorm. En toda esa inmensa playa solo habitábamos tres familias. Nosotros, el abuelo del actual torero de Valencia, Barrera, y unos señores de Madrid. Qué diferente de la aglomeración de nuestros días.
Todo esto viene a colación porque, como fácilmente puede deducirse, el mercado de los juguetes de playa era muy escaso. En estos momentos los juguetes de playa son un capítulo importante y el cambio no ha venido solamente por la cantidad de niños y niñas que los utilizan sino porque ya no son de hojalata litografiada con mango de madera sino de puro plástico.
Mi padre, cómo no, nos trajo los cartones de juguetes de playa compuestos de pala corta y larga, rastrillo, moldes para hacer estrellas de mar, peces y conchas. Llenándolas de arena húmeda, alisándolas con las palas y desmoldándolas, nos pasábamos horas. El cubito, era una mochila con el fin de transportarlo con mayor comodidad en las mañanas de vacaciones junto al mar. Las tardes las dedicábamos a pescar en el puerto porque a la playa en aquel tiempo sólo se iba por las mañanas.
Recuerdo que trajo la sencilla canoa que se empezó a fabricar en 1935 pero, por supuesto, sin el resorte mecánico de cuerda que lo convertía en fuera borda. Eso estaba destinado a superficies de agua más tranquilas no estaban hechos para las olas del mar. Tenía una longitud de 36 cms. y sus colores eran amarillo, verde y rojo.
También trajo la motora referencia 919, igualmente sin resorte, de hojalata serigrafiada en rojo, azul, blanco y negro. Tenía 18 cms de eslora. El conductor era una figura de chapa mientras que el salvavidas y las piernas del conductor tan solo estaban dibujadas sobre la cubierta.
La canoa Pof-Pof era muy divertida por el sonido que emitía pero no servía para la playa. Solo podíamos verla evolucionar en un buen barreño o en la bañera de casa.
Payá en su primer catálogo de juguetes a todo color, solamente tiene las referencias 431 y 432 que son dos cubos. El mayor de 85x85 mm. Y el pequeño de 60x60. Ambos de chapa litografiada. Sin embargo en la tarifa de precios de 1937 de las Industrias Payá y Rico socializadas U:G.T. Ibi únicamente aparece la referencia 432, al precio de 2,50 pts la docena.
Aprovecho la ocasión para hacer el siguiente comentario sobre el famoso primer catálogo de Payá. Estudiosos y coleccionistas de juguetes lo datan en 1923. La verdad es que no sé con que fundamento realizan esta aseveración porque en su portada se puede leer: Payá Hermanos S.A. Bien es verdad que era costumbre denominarlos Payá Hermanos desde los inicios aunque se tenía como marca La Sin Rival y ya el 15 de Diciembre de 1912 los tres hermanos Pascual, Emilio y Vicente hacen su escritura como Compañía Regular Colectiva como Payá Hermanos. Sin embargo hasta el 2 de julio de 1924 no realizaron la escritura como Payá Hermanos S.A. En consecuencia podríamos pensar que el catálogo no sería anterior a esa fecha.
Payá hasta después de la guerra civil en los años cuarenta, realmente no fabricó juguetes de playa. Entre otras cosas porque en Vigo la firma Rei tenía la chapa litografiada a pié de fábrica. La chapa litografiada abundaba por aquellos lares gracias a la industria conservera gallega. En consecuencia vendían estos artículos a muy bajo precio. Era difícil competir con ellos.
Juguetes Hispania de Barcelona que fabricaban artesanalmente juguetes de hojalata unida con soldadura y pintada, tiene catalogadas panoplias con utensilios para jugar en la playa. Barcelona estaba junto al mar pero Payá y Rico, que también hizo cubitos, estaban en la montaña. Cubrir los treinta y seis kilómetros que separan Ibi de la costa alicantina suponía una aventura y varias horas de viaje.
No obstante los cubitos tenían otra utilidad. Servían también para guardar los estropajos y el jabón y era habitual verlos junto a los fregaderos de muchas casas. Creo que este uso contribuyó a que fuera el objeto más fabricado.
Los coleccionistas de los juguetes de playa de hojalata litrografíada, tienen, en general piezas impecables, nuevas. Seguramente las habrán adquirido en jugueterías antiguas como me contaba uno de ellos. Cuando iban a cerrar alguna juguetería antigua se pasaban a ver que tenían guardado y así se hicieron con cubos, palas o rastrillos porque los que se utilizaban en la playa se perdían, se oxidaban o estropeaban con el tute que le dábamos todos los críos.

Vitrina para Exposición Regional Valenciana 1909


CIEN AÑOS DE LA EXPOSICIÓN REGIONAL VALENCIANA

Por Raimundo Payá Moltó
raimundopaya@telefonica.net


El primero de mayo de 1909 se inauguró este gran acontecimiento que se prolongó a lo largo de todo el año. Fué organizado por el Ateneo Mercantil y marcó un antes y un después en el quehacer económico del siglo XX.
La Exposición Regional fue una muestra de la oferta comercial, industrial, cultural, turística, festiva y agroalimentaria de la Región Valenciana agrupada en los cuatro pilares sobre los que se asentó toda la exhibición: Infraestructuras, Cultura, Industria y Agricultura.
Las empresas valencianas, constituyeron un motor fundamental de la exposición. Las nacientes industrias, que representaban una gran variedad de sectores productivos, participaron como expositores. La celebración de la Exposición supuso la transición de una economía basada en la agricultura a la industrialización.
Al finalizar la Exposición se entregaron a los participantes las recompensas que habían obtenido. Medallas de oro, plata y cobre o menciones honoríficas. Tomás Trenor, gran organizador de este magno evento, encargó el diseño de las medallas a Mariano Benlliure y fueron acuñadas por la Casa de la Moneda. Del diseño de los Diplomas se encargo Juan J. Zapater.
El listado de expositores se elevó a 1.377 entidades. De aquellas empresas participantes solo 23 perduran pertenecientes a los sectores textil, metalmecánico, juguete, lampistería, mueble y agroalimentación.
La Cámara de Comercio de Valencia ha homenajeado a estas 23 empresas en un acto celebrado en uno de los pocos Palacios que todavía perduran, de los que se hicieron con motivo de la Exposición haciendo entrega a los representantes de las citadas empresas de una placa conmemorativa reconociendo su trayectoria.
En la Mesa presidencial acompañando al titular de la Cámara Arturo Virosque estaban:la Alcaldesa de Valencia, el Delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana y la Consellera de Industria, Comercio e Innovación.
Rita Barberá destacó:”Un mundo empresarial que supo aprovechar la oportunidad de la Exposición Regional para dar a conocer sus productos, para introducir en sus empresas nuevas técnicas y transformarse, para iniciar un tránsito de modernización, de proyección exterior y de creación de riqueza y empleo”...”estas 23 empresas son un referente y la mejor evocación del espíritu que movió a los valencianos a poner en marcha aquella Exposición Regional”.
Por su parte Arturo Virosque calificó a las 23 empresas homenajeadas como “testigos y protagonistas de la apasionante historia del siglo transcurrido desde la Exposición Regional a la que consideró como un antes y un después para la sociedad y la economía valencianas y fue posible gracias al esfuerzo de las empresas de Alicante, Castellón y Valencia que supieron aunar intereses y esfuerzos para mostrar la extraordinaria pujanza y posibilidades de nuestra región”.
La única empresa homenajeada de la provincia de Alicante fue Payá Hermanos. Había cuatro de Castellón y diecisiete de Valencia. La mayoría eran empresas familiares. Han conservado generación tras generación los diplomas y las medallas conseguidas en la Exposición Regional, las fotografías de los stands y vitrinas que montaron sus bisabuelos así como diverso material gráfico que nos cuenta cómo fue la vida de sus propietarios.
Payá Hermanos obtuvo Diploma de Honor con medalla de Oro y fue invitada a participar en la Exposición Nacional de Buenos Aires de 1910 que se organizó para conmemorar el Primer Centenario de la Independencia de Argentina. Este galardón, debidamente enmarcado se conserva en el Museo Valenciano del Juguete de Ibi. La instalación que llevó Payá Hermanos consistía en una vitrina de estilo modernista que se pudo contemplar en la sala primera del piso segundo del Pabellón dedicado a la Industria. Era el número 95 de los expositores y concurrió con su marca de entonces: LA SIN RIVAL. Fábrica de juguetes metálicos. Sistema Payá. Construcción moderna por medio de engafes. Resistencia increíble.
Lleno de emoción por el recuerdo de cuanto mis antepasados hicieron por el pueblo de Ibi, tuve el honor de recoger la placa conmemorativa destinada a Payá Hermanos. Espero quede depositada en el Museo Valenciano del Juguete según deseo que expresé a la Alcaldesa de Ibi para que lo transmitiera al resto de miembros de la Fundación del Museo del Juguete Valenciano de Ibi.
También me entregaron varios ejemplares del Libro que ha editado La Cámara de Valencia titulado “Exposición Regional Valenciana”. Deposité un ejemplar en el Museo del Juguete y otro en el Archivo Municipal de Ibi. Estos libros incluyen la generación de la exposición así como otras muchas informaciones entre las que figuran una reseña histórica de cada una de las 23 empresas homenajeadas. La de Payá Hermanos está en las páginas 157, 158 y 159 y alguna de las fotografías que ilustran el reportaje son las que acompañan este artículo.