lunes, 20 de julio de 2009

El Juguete en la Sociedad industrial de IBI

EL JUGUETE EN LA SOCIEDAD INDUSTRIAL DE IBI

A finales del siglo XIX Ibi era un pueblo eminentemente agrícola y emigrante. En 1900 la población ascendía a 3.653 habitantes, el 77% vivía de la tierra y dependía de unos pocos terratenientes. Los factores físicos tampoco propiciaban un desarrollo floreciente de la agricultura. Las precipitaciones escasas, el terreno montañoso y el suelo arcilloso y calcáreo donde se asienta no lo permitían. En consecuencia había una gran desigualdad social.
Los ibenses emigraban, los varones para trabajar en las fábricas de tejas de la comarca por eso se les denominaba “els taulers” y las mujeres para emplearse en el servicio doméstico. Es en esta época cuando se inicia el negocio heladero. Las familias marchan, durante largas temporadas, a las ciudades calurosas del sur de la península, Canarias y hasta el Norte de Marruecos , especialmente a Casablanca y a Tetuán. Salían en primavera y regresaban en Septiembre para las fiestas patronales.
La protoindustrialización la constituyó la fábrica de papel y los Pozos de Nieve. El historiador Cavanillas reseña que ya en 1797 en Ibi había comercio de nieve. La fábrica de papel estaba situada junto al lavadero municipal que se inauguró en 1903. También existían artesanos de la madera y el hierro, albañiles y otros oficios que trabajaban para el mercado local y el hilado que se realizaba para las fábricas de Alcoy y Bocairente.
A partir de 1893 la familia Payá inicia la Industria Juguetera verdadero motor de la industrialización de Ibi. Unos años mas tarde se instalan dos talleres auxiliares para la fabricación de heladeras y otros utensilios necesarios para la elaboración y la venta del helado. El primero de estos talleres lo fundan Pascual y Valls antiguos trabajadores de Payá y el otro los hermanos Palau que procedían de Verdú y Cía., segunda empresa juguetera de Ibi.
La industrialización ibense podemos dividirla en cuatro grandes épocas:
Primera época 1893-1936. Desde los inicios a la Guerra Civil.
Sin ninguna tradición previa, el inicio de la industria parte de una decisión adoptada en el seno de la familia Payá pasando de ser hojalateros a jugueteros. Empezaron vendiendo sus productos en los mercados semanales de las poblaciones vecinas, Alcoy, Jijona y la comarca. El carácter innovador de esta decisión vino a transformar radicalmente las bases económicas y sociales de Ibi desde los oficios a las maneras de pensar.
Tenemos documentación, el catálogo de la Feria de Valencia de 1963 y la publicidad que se repartió en esos días que señala el año 1893 como el inicio de la fabricación de los primeros juguetes.
INSERTAR LA HOJA DEL CATALOGO Y LA DE PUBLICIDAD
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Los primeros juguetes se hicieron a base de hojalata soldada y pintada a mano, imitando las piezas que en la hojalatería se venían haciendo para el uso doméstico. Reprodujeron, en miniatura para el público infantil, los platitos, ollitas, alcuzas, lecheras, candiles, tacitas y otros enseres. La iniciativa tuvo éxito y la empresa va creciendo a base de autofinanciación y reinversión hasta que el 3 de febrero de 1905 se hace la primera escritura de constitución de la Sociedad Juguetera que denominaron “La sin Rival”.
Es Rafael Payá Picó nacido en 1845 y teniendo sesenta años quien la otorga, a favor de sus hijos Pascual de 27 años, Emilio de 23 años y Vicente de 19, ante el notario de Ibi Juan Gómez Alonso. Sin embargo su hijo mayor Rafael no entra a formar parte de esta sociedad porque se quedó con la hojalatería inicial. Como corresponde a la época las hermanas María y Milagros estuvieron excluidas de la escritura. María permaneció soltera hasta su muerte y cuidó de su padre pero también trabajó para la fábrica sobre todo en los inicios. Milagros se casó con Francisco Torró quien llevaba la administración de la fábrica y fue Secretario del Consejo. Aún se conservan las Actas que levantaba con una letra y estilo pulido y hermoso.
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INSERTAR FIGURA Nº 1. TARJETON DE LA SIN RIVAL.
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Como puede leerse en el tarjetón en los inicios no solo se fabricaban juguetes sino que también se anunciaban como especialistas en composturas de instrumentos musicales y todo tipo de trabajos adelantados. La pericia para reparar estos objetos les venía de su destreza en la hojalatería y su afición a la música. Tocaban en la Banda Municipal el clarinete y el saxo.
En 1909 La sin Rival presenta en la Exposición Regional, celebrada en el Ateneo Mercantil Valenciano, dos vitrinas de modelos de juguetes. Recibe la medalla de oro y la invitación, por parte de la Cámara de Comercio Valenciana, a participar en 1910 en la Exposición que se celebró en Buenos Aires, con motivo de la celebración del Primer Centenario de la Independencia de Argentina.
Estos dos hitos constituyeron el paso de un modo de hacer artesanal a uno puramente industrial. En 1918 la producción de los juguetes evoluciona. Se engafan y se litografían. Es en esta época cuando se diversifica el negocio creando también una rama dedicada a la cuchillería.
A la vista de la buena marcha de Payá y los éxitos alcanzados en la Exposición Regional de Valencia, en 1910 aparece la competencia compuesta por los primeros trabajadores de la empresa que se independizan.
La formaron Francisco, conocido como Miguel Pina Pérez de oficio pintor y fotógrafo o sea, uno de los que por aquel entonces podríamos considerar como trabajador cualificado de la empresa. Agapito Bernardo Verdú Verdú, mecánico. Jaime Esteve Bastant de oficio herrero y de apodo “Jaume el ferré” y Joaquín Doménech Rico de oficio tallista, conocido por el apodo “Chimo el alabarder”. Constituyeron una Sociedad Regular Mercantil Colectiva, mediante escritura pública ante el notario de Ibi D. José María Laguna y Azorin el 29 de mayo de 1911, dedicándose a la fabricación de juguetes de metal en todos sus ramos y a la venta de los mismos. La razón social se denominó A.B.Verdú y Cía. Se constituyó la sociedad con un capital social de seis mil pesetas siendo socios capitalistas el Sr. Pina, el Sr. Verdú y el Sr. Esteve con una aportación de dos mil pesetas cada uno que las fueron entregando a medida que lo exigía el desarrollo del negocio. En cambio el Sr. Doménech formaba parte de la empresa únicamente como socio industrial sin aportación económica.
Al margen del capital indicado los Sres. Pina, Verdú, Esteve y Doménech aportaron útiles y herramientas. El domicilio de la Empresa fue en la Calle San Blas denominada “El Ravalet”, nº 61. La empresa crece rápidamente según muestra el rápido incremento de trabajadores.
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FIGURA Nº 2. FOTOGRAFIA. Periodo 1910/1913. Los socios fundadores. Fila superior de izquierda a derecha Jaime Esteve. El joven Clemente hijo de Agapito que no era socio. Joaquín Doménech, Miguel Pina Pérez, y Agapito Bernardo Verdú. A continuación están los Hermanos Palau Antonio y Pepe que al independizarse, fundaron la Industria Auxiliar para el helado. El resto lo componen los trabajadores y operarias.
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De 1914 a 1920 cambió tres veces de denominación, como consecuencia de sus múltiples dificultades económicas y variaciones en cuanto a miembros de la sociedad.
En 1917 D. Santiago Rico Molina que ejercía de Agente Comercial y representante de esta firma además de representar también a una fábrica de muñecas de Onil, aporta capital y entra a formar parte de la Sociedad que pasa a denominarse Verdú, Rico y Cía. En febrero de 1920 desaparece Verdú, Rico y Cía y con aportación de capital extranjero se crea Rico S.A.
Los Sres. Francisco Miguel Pina Pérez, Agapito Bernardo Verdú y Joaquín Doménech venden su participación y no forman parte del accionariado. No obstante continúan vinculados a la empresa como trabajadores. Como socio en la nueva empresa queda Jaime Esteve con una participación de trescientas acciones que suponen el 3’6% del capital.
Esta empresa introduce en la industria juguetera ibense tres aspectos esenciales: La empresa no familiar. La aparición del empresario propiamente dicho. La entrada de capital extranjero que aportó D. Gottardo De Andreis, de Metalgraf Española E.C. con domicilio social en Barcelona y con factoría en Badalona. Dicho Sr., conocido de D. Santiago Rico era de procedencia italiana. Esta empresa fue la gran competencia de Payá Hermanos y produjo artículos de gran calidad.
En 1908 Quintín García Verdú, en los bajos de la casa familiar en la calle Santa Rita, comienza la fabricación de obleas para helados que en los años sesenta amplían a turronería y confitería. El negocio lo continuan sus hijos Ismael y José. En los años veinte del siglo pasado trasladan la fábrica a la Calle Castalla. Ese fue el domicilio social hasta 1996 en que se traslada a la Ciudad Deportiva hasta el 2005 que fijan la sede en el Polígono Industrial del Alfaz donde continua en la actualidad.
En 1912 Salvador Pascual García decidió establecerse por su cuenta. Fue el primer trabajador contratado por Payá, y una vez que aprendió el oficio de hojalatero decidió independizarse asociándose a su cuñado Gaspar Valls Verdú. Crearon la firma Pascual y Valls, PAYVA, que se dedicó a la producción de maquinaria para la elaboración de helado: heladoras, chambiteras, palas para los granizados y otros materiales.
En los años sesenta ampliaron sus líneas y comenzaron a fabricar obleas. Posteriormente diversificaron la producción y también hicieron juguetes metálicos sencillos hasta que 1985 cerraron la fábrica.
También a principios del siglo comienza la actividad de los hermanos José y Antonio Palau Doménech. Eran empleados de Verdú y Cía. Iniciaron su actividad hojalatera con la fabricación de recipientes para helados, en un pequeño local de la calle Colón. Posteriormente también hicieron juguetes y compatibilizaron ambas actividades por algún tiempo. Mas tarde abandonaron totalmente lo relacionado con el helado y se dedicaron solamente a la industria juguetera. El 6 de abril de 1967, José, Vicente, Joaquín y Ricardo Palau Guillen, hijos del fundador José, constituyen Palau Hermanos S.L. que desde esa fecha siguen fabricando juguetes.
En la calle Santa Rita, “El Tío Bota” instaló una pequeña fábrica de obleas. Estaba situada en los bajos de una casita frente al río Els Caixetes. La actividad perduró durante la Guerra Civil hasta su desaparición.
En 1925 por iniciativa de Luis Ferrando, empleado del taller mecánico de Payá, José Sanjuán, Antonio González y Manuel Picó, también operarios de Payá, se crea la Empresa: González, Sanjuan y Cía. Dos años más tarde González abandona la empresa. Entonces pasó a denominarse Sanjuán y Cía. En 1932 surge la empresa Picó y Cía que mantiene sus actividades hasta la guerra civil española. En 1936 se constituye en Sociedad Anónima pero Manuel Picó se traslada a Córdoba para montar un almacén de juguetes. El 26 de marzo de 1936 se constituye Juguetes y Estuches, (Jyesa) nombrada así porque fabricaban, además de juguetes, estuches para jeringuillas. Sus socios fueron Francisco Peydró, Enrique Guillem, José Sanjuán y José Bernabeu.
En 1934 aparece la primera industria auxiliar del juguete, Claudio Reig Company que empezó fabricando los fuelles para el Cine Sonoro Rai de Payá Hermanos. Posteriormente amplió su muestrario con la fabricación de voces para muñecas. Ocupaba un local de 40 m2. y daba ocupación a cinco personas. En 1940 ya dispone de 15 operarios e inicia la aventura musical fabricando armónicas. En 1950 se crea Claudio Reig S.A. entrando a formar parte de la sociedad Payá Hermanos y en 1957 se traslada a la actual sede en la calle Juan Carlos I. Ocupando una superficie de 12.000 m2. En 1936 se crea Picó S.A. de la que hablaremos más tarde.
Este despliegue industrial, los años dorados del juguete de hojalata, se realizó pese a la carencia de infraestructuras tan básicas como las carreteras, la energía, el teléfono y el telégrafo.
Segunda época 1.936-1939. La guerra civil y el paréntesis juguetero.
Las dos empresas más importantes, Payá y Rico fueron incautadas en 1936 por el Sindicato Socialista quien las agrupó y denominó Payá y Rico Socializadas UGT. Concentradas en las naves de Payá.
En noviembre de 1937 se creó la Cooperativa Rai que en 1938 pasó a llamarse Fábrica nº 27 de la Subsecretaría de Armamento.
Las nuevas factorías se adaptaban a las necesidades de la guerra. De fabricar juguetes se pasó a fabricar balas, platos, vasos, cantimploras, y espoletas para bombas del ejército republicano. También acuñaron moneda metálica de curso legal para la población de Ibi. Esta primera reconversión, como la segunda del 84, pudo llevarse a cabo gracias a los expertos matriceros.
Tercera época 1939-1984. Despegue y éxito de la Industria Juguetera.
Después de la guerra los propietarios de las fábricas las recuperaron e iniciaron el desarrollo de la Industria.
La formación profesional de matriceros fue un constante empeño de Payá Hermanos S.A. y el legado fundamental que dejó para el desarrollo de la Industria Ibense.
Desde 1942 a 1960 Payá Hermanos funda y sostiene dos centros formativos destinados, preferentemente a los hijos de los trabajadores de la Empresa, futura cantera de esa y otras fábricas: La Escuela de Aprendices y la Escuela de Formación Profesional.
En la Escuela de Aprendices se impartían clases de 9 a 12 de la mañana y de 3 a 5 de la tarde. Constaba de cuatro cursos que se dividían en Primero de pre-aprendizaje, segundo de pre-aprendizaje y Preparatorio. El maestro era D. José Carbonell. Todo el material para el estudio se les facilitaba a los alumnos gratuitamente. Las clases se iniciaban a los 10 años hasta los 14 que en aquellos momentos era la edad a la que podían incorporarse al trabajo. A la escuela podían acudir, en primer lugar, los hijos de los empleados y después el resto de los niños, las niñas no. Al término de los estudios los jóvenes pasaban a trabajar en la empresa según sus aptitudes: los más brillantes iban a la Oficina Técnica, en segundo lugar a la Administración, luego al Taller Mecánico y los menos despiertos iban a cuchillería.
A la Escuela de Formación Profesional acudían una vez terminada la jornada laboral de 6 a 9 de la tarde. Constaba de cuatro cursos que eran impartidos por los maestros de taller de la propia fábrica como Francisco Rico León, Alejandro Moltó Gómez, Fernando Navarro “el colasero”, Ernesto Coloma Pastor, José Picó y José Monllor, esto en cuanto a la práctica. La teoría estaba a cargo de dos de los propietarios, Nicolás Payá Jover, que era ingeniero industrial, y Artemio Payá Rico que era perito industrial y farmacéutico.
Los alumnos tuvieron éxitos nacionales e internacionales en los concursos de matricería y ajuste. Entre los laureles conseguidos se pueden citar el de Juan Vicedo García que fue declarado el mejor alumno nacional en la Sección de Matricería en 1949 en el concurso del sector en su fase nacional. Posteriormente Ramón Valero García consiguió el título de Aprendiz Nacional más completo en 1957 con derecho a competir, meses después, en la fase internacional que se celebró en Suiza. A esta fase concurrían todos los premios nacionales y allí consiguió el premio internacional de Matricería y Ajuste.

FOTOS Curso 1945-1946; excursión fin de curso a Villa Serra y entrega de premio a Ramón Valero.
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Posteriormente otras empresas también promocionaron escuelas de formación hasta que en 1961 se creó la Escuela Sindical de Formación Profesional que regentaron los Hermanos Salesianos. Conforme a los dictados de la época, solo los niños podían cursar estudios de Bachillerato y de Formación Profesional.
Ibi pasa de ser un pueblo emigrante a recibir y dar trabajo a grandes contingentes de inmigrantes. En 1955 el censo de Ibi era de 4081 habitantes en 1970 de 17.635. Este gran crecimiento urbano no distinguía las zonas de uso residencial de las de uso industrial. La viviendas crecieron alrededor de las fábricas y éstas, en muchas ocasiones, iniciaban su actividad en las “porcheras” o garajes de las viviendas, especialmente los talleres de la industrial auxiliar del juguete.
El despegue de la Industria Juguetera de Ibi se realizó gracias al espíritu emprendedor de los empresarios, la alta cualificación de los trabajadores, muchos de los cuales con el tiempo constituyeron sus propias empresas, la producción en cadena y la gran cantidad de juguetes que se exportaban. El hito comercial por excelencia se encarnó en el Grupo Brotons, fundado por Angel Brotons. Fué la primera agrupación de fábricas para la venta de sus productos tanto en España como en el extranjero.
El éxito del Grupo Brotons animó a la creación de otros grupos comerciales que reunían a firmas jugueteras para su representación en el mercado exterior como el Grupo Barval y el Grupo Macop.
En 1940, Alfredo Martínez Guillem empezó sus actividades industriales abandonando su puesto de trabajo como mecánico en Payá Hermanos. Se inició en la fabricación de neceseres de madera. Se enroló como combatiente en la División Azul y a su vuelta retoma sus actividades industriales empezando la fabricación de pistolas, revólveres y fusiles.
En 1942 se crea Juguetes Picó. El fundador de esta empresa fue Manuel Picó Gisbert “El Tío Farol”. Procediá también de Payá Hermanos. Se estableció, ayudado por su familia, en los bajos de su propia casa en la calle Colón. Junto al esposo de su hija Rosalía, Pepe Guillén “El Araña”, y posteriormente, Ramón Pastor Payá esposo de su hija Pepita. “El Tío Farol” fue uno de los creadores, junto a otros, de la empresa San Juan y Compañía que con el tiempo devendría en la empresa Juguetes y Estuches, conocida como Jyesa. Debido al crecimiento de la Empresa se trasladaron a la calle San Salvador y hacia 1985 se ubicaron definitivamente a la sede actual en el Polígono Industrial de L’Alfas. El 25 de octubre de 1968 falleció el “Tío Farol” pasando la empresa a las hijas y nietos denominándose, en principio, Viuda de Manuel Gisbert Pastor y más tarde Juguetes Picó S.A. En 1998, la multinacional francesa Smoby se haría con el control de esta empresa pero manteniendo la marca Picó para su serie de juguetes.
En 1945 Ernesto Coloma, jefe mecánico de Payá Hermanos y José Pastor Guillem, cuñados que tenían establecido un taller de reparación y alquiler de bicicletas, decidieron fabricar triciclos. La familia “Los Pascual”, carpinteros, producían las partes de madera y ellos las metálicas. Su catálogo general era de juguetes en los que las ruedas eran piezas fundamentales. Fabricaban también carritos y sillas para muñecas. La sociedad se deshizo. Ernesto, su hermano Bernardo, encargado de la sección de montaje de Payá Hermanos y José Pastor, crean una empresa de fabricación de triciclos y patinetes y le ponen el nombre de Ernesto Coloma García, Fábrica de Juguetes a mano. En 1956 se convirtió en Coloma y Pastor Sociedad Regular Colectiva e inauguró nueva sede en la Calle Alicante. En 1968 se constituyen en Sociedad Anónima y en 1972 inauguran las instalaciones que mantienen en la actualidad. Fueron ampliando su catálogo, añadiendo el Go-Kart, motos a pedales y coches.
En 1948 la familia de carpinteros “Los Pascual” fundan Juguetes Gozan, después de separarse de los Coloma. Entran en sociedad con unos mecánicos de Payá Hermanos para fabricar camiones de madera con la cabina de hojalata que sacaban de los botes de leche condensada. Tomaron como modelo los famosos camiones Pegaso. En 1984 se constituyen en Sociedad Anónima.
En 1949 empieza a operar Francisco Miralles, un pequeño industrial que se dedicaba a la construcción de juguetes de madera, algo inusual en Ibi. En esta firma entran nuevos socios para formar la empresa Ber-Mi-San. Cuando tuvieron problemas de liquidez se asociaron con un catalán llamado Antonio Berbegal Verdú que había llegado desde Barcelona con su familia y buenos ahorros para establecerse en la localidad. Aportó capital a la firma pero poco después se disuelve la empresa. Este socio capitalista tomó la decisión de refundar la empresa con el nombre de Industrial Juguetera. Inicia su andadura con la fabricación de juguetes de madera y posteriormente, con las aportaciones de otros accionistas provenientes de Plásticos Santa Elena y Angel Brotons Martínez del Grupo Brotons se convierte en Sociedad Limitada. En 1977 pasa a ser una Sociedad Anónima. A partir de la década de los cincuenta del pasado siglo empieza la fabricación de triciclos y bicicletas y a partir de los sesenta ya tiene la proyección nacional e internacional que aún conserva.
En 1949 aparece también Juguetes y Herrajes. La fundaron dos compañeros de trabajo de Payá Hermanos. José Boronat Bernabeu y Alejandro Beltrá Sanchís. Constituyeron una sociedad de cuentas de participación. Inicialmente se dedican a la fabricación de herrajes para puertas y completan su línea de producción con la elaboración de aviones de juguete realizados en zamac. Fue la primera empresa española que fabricó coches en miniatura. En la actualidad siguen fabricando réplicas de juguete de maquinaria de obras públicas.
En 1950 Victor José Esteve Bernabeu, su hermano Luis, Ricardo García Esteve, José Guillem Verdú del taller mecánico de Rico, deciden ponerse en marcha para fabricar juguetes de hojalata y ponen en el mercado el primer futbolín. Familiares y vecinos son sus primeros operarios. Su empresa se llamó Guiesgar.
También en 1950 se inicia Joaquín Valero S.A. bajo las marcas comerciales de Vercor y Comando. El domicilio social estaba situado en la calle S. Roque en una antigua almazara. Fabricaban sillas y carritos para las muñecas. Esta empresa fue una de las fundadoras de conocido Grupo Brotons.
En 1951 se crea la empresa Sagiver. Fue fundada por “Sapiña”, José Verdú Bou y Heriberto Gisbert, de ahí su nombre. Iniciaron su actividad en un local de 20 m2 en la calle Paca Gillem. Sus productos estrella fueron pistolas, rifles y revólveres en miniatura hechos en zamac. En los ochenta hacen miniaturas de motos y en la actualidad fabrican juguetes de plástico y también pertenecen al actual grupo Brotons, ahora denominado Btoys.
Ese mismo año de 1951 los hermanos Miguel y Ginés Bernabeu Gisbert, trabajadores ambos de Jyesa, deciden montar en la cochera de la casa de campo donde residen sus padres un pequeño taller de matricería y moldes. Posteriormente compran una máquina para inyectar piezas de plástico y fabrican pistolas de juguete. Fabrican juguetes diferentes porque nunca llegaron a especializarse en línea alguna de productos pero son dignas de destacar sus guitarras eléctricas. En el 2001 la fábrica Bernabeu Gisbert, S.L. sufre un siniestro que le lleva al cese definitivo de sus actividades.
Climent Hermanos conocida popularmente por Clim, se funda en 1951, por los hermanos José, Ramón, Rafael y Enrique Climent Gisbert. Se especializan en juguetes eléctricos y mecánicos de gran formato. Tuvieron un merecido éxito con sus excavadoras, barcos y tanques militares. En 1989 cesan en su actividad.
Guillem y Vicedo fue fundada en 1951 por un ibense, Francisco Guillem García que trabajaba como técnico en una de las fábricas de muñecas de Onil. Fascinado por la primera máquina de inyección de plástico que entra en Onil, contacto con José Vicedo García que tenía una pequeña fábrica de obleas, y juntos emprenden la aventura empresarial que les llevará a instalar, también en Ibi, el portentoso invento. Para ello José solicita la ayuda de sus hermanos Luis y Juan que trabajaban en Payá Hermanos. Su estilizada muñeca Lisi fue la precursora de la Nancy de Famosa. Su producción se extendió por Francia y Holanda. Llegaron a tener 110 trabajadores en 1970. Cerraron en 1981.
El precedente de Juguetes Feber se situa en 1952, es Juguetes Rosvi fundada por Ramón Vilaplana, Vicente Sáez Patiño y José Rodríguez Zurita. En 1956 el Sr. Vilaplana y el Sr. Sáez abandonan la empresa y se crea la firma llamada José Rodríguez Zurita. Feber, formada por los hermanos Ferre, el propio Sr. Rodríguez y uno de sus trabajadores, José Bernabeu. Al cabo de algunos años los hermanos Ferre se hacen cargo de la empresa auxiliar Pirotécnica Mirafé, en la que Feber tenía participación. En los primeros años se dedicaron a fabricar pistolas con fulminantes. Esta producción se vió muy perjudicada porque la Pirotécnica Mirafé sufrió un grave accidente con varios muertos. Este hecho provocó la prohibición gubernamental de comercialización de este tipo de pistolas en consecuencia se dedicaron a la fabricación de otro tipo de juguetes. Actualmente se ha fusionado con la multinacional Famosa.
En 1952, Faustino Villaverde León, Juan Rico Vilaplana, Luis Pérez Valls y Alfredo Albert Tortosa mecánicos de Payá y Rico fundan la empresa Faustino Villaverde y Compañía S.R.C., y en 1955 con la entrada de nuevos socios se transforma en Plásticas Santa Elena.S.A. su nombre se debe a la utilización de los materiales plásticos y a la ubicación de la sede en la Calle Santa Elena. Su producción juguetera se centró en el menaje de cocina, vajillas y cocinitas de las que se hicieron un sin fin de modelos. La empresa cerró en 2004.
En 1954 el taller de construcción de moldes para piezas fundidas de termoplásticos y aleaciones blancas de metal de José Antonio Sanchís Pina se reconvierte en fábrica de juguetes. En 1969 inauguraron las nuevas instalaciones con 10.000 m2 de superficie. Fue una de las primeras empresas que usaron computadoras. En 1982 tras una serie de conflictos laborales cerró definitivamente.
En 1955 la empresa Moltó y Cía S.R.C. fue fundada por los hermanos Antonio y Pedro y su amigo José. Los tres se apellidaban Moltó. Los inicios fueron en un pequeño local de 40 m2. Antonio y Pedro eran mecánicos de Payá y se encargaban de hacer la matricería y las embutidoras para trabajar los juguetes de hojalata gracias a la ayuda y la gran experiencia de su padre, Alejandro que fue el primer mecánico de Ibi. Los juguetes de madera estaban a cargo de José con la experiencia que obtuvo al trabajar en una capintería. A los pocos años entró a formar parte de la empresa otro socio, Vicente Sanjuán. Los primeros juguetes que fabricaron fueron camiones y arrastres. En 1959 instalaron la primera máquina de plástico para hacer juguetes. En 1966 asisten por primera vez a la Feria del Juguete de Nuremberg. En el 2000 inauguran sus actuales instalaciones de Ibi de 22.000 m2. Además tienen instalaciones en Miami, Hong-Kong y Méjico.
En 1969 se crea el germen del primer polígono industrial con 7 empresas. El inicio del boom económico podemos situarlo en 1970 año en el que operan en Ibi más de 70 empresas jugueteras, entre las que podemos destacar: González Hermanos S.A., Manufacturas Deportivas S.A., Juguetes Clan, Juguetes y Cocinas S.A., Antonio García Juan, Claudio Sanchís Pina, Guisval S.A., Pilen, S.A., Luis Esteve y Cía, Juguetes Pery S.A., Bernardo Guillén Verdú, Juguetes Santana, Juguetes Mira, S.A., Juguetes Román, Obertoys, y Juguetes Chicos, S.L. entre otras muchas.
El modelo de desarrollo emprendido en Ibi hace que se separe el suelo industrial del urbano favoreciendo la instalación de las fábricas en los Polígonos Industriales. El primer expediente de creación de polígono industrial se inicia en 1971 y se inaugura en 1974 en principio se llamó Carrero Blanco y después El Derramador a él le siguen Casa Pau en 1984, L’Alfaç I en 1988, El Polígono Industrial Privado Retiro-Casa Nova de 1995, el Alfaç II de 1997 y en 1999 se inaugura el Alfaç III. En la actualidad siguen las ampliaciones gracias a la presente diversificación industrial.
La época de bonanza de la Industria Juguetera dura hasta la crisis de 1984 en que se cierran las empresas pioneras y emblemáticas que arrastran en su caida a numerosas Pymes y talleres auxiliares. No obstante en ese mismo año se crea la empresa Lasoe durante los doce años de funcionamiento de la empresa compaginaron la producción de peluche, el 20% con la de artículos de regalo que constituia el 80%. Este nos parece un buen ejemplo de la diversificación que se avecinaba y la entrada de lleno en la economía postjuguetera.

Cuarta época de 1985 a nuestros días. Economía postjuguetera.
La crisis del juguete vino de la mano de diversos cambios. En principio del paso del juguete mecánico al electrónico y posteriormente por la mundialización de los mercados.
El saber hacer y el espíritu emprendedor triunfa de nuevo y en el pueblo de Ibi nacen nuevas empresas que adaptan sus productos a las demandas del mercado. Se implantan los sectores de componentes para el mueble, la construcción, la jardinería, el automóvil, el calzado, la decoración y también varias empresas de artes gráficas.
Pese a las crisis la industria de Ibi no deja de crecer. Aprendieron de sus antepasados que para instalarse es mas importante el trabajo, el riesgo y las buenas ideas que el capital inicial.


Raimundo Payá Moltó. D.N.I. 21.273.331
raimundopaya@telefonica.net


BIBLIOGRAFIA




BIBLIOGRAFÍA.

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Anguiz Pajarón, Antonio. “Estampas y recuerdos ibenses”. Caja de Ahorros Provincial de Alicante. 1988. Alicante

Anguiz Pajarón, Antonio. “Del pasado ibense”. Obra cultural de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia. 1978. Alicante.

Concejalía de Cultura de Ibi. “La industria juguetera en Ibi 1905-2005”. Excmo. Ayuntamiento de Ibi. 2005.

Claret i Sargatal, Salvador. “El Bugatti de verdad”. Revista Carrusel nº 5, Mayo-Junio 2006. Oviedo.

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Valero Escandell, José Ramón. “La industria juguetera ibense: de la artesanía a la globalización”. El SALT. Revista del Instituto Juan Gil Albert. Nº 6. Alicante 2005.

Valero Escandell, José Ramón. “Pascual Camilo Payá Lloret” en Cien Empresarios españoles del s.XX” . y en “Cien empresarios valencianos.” Ed. Lid, Madrid 2000 y 2005. respectivamente.

Varios autores. “Payá 1905-2005 Cent anys de Joguets a la Comunidad Valenciana”. Quaderns del Muvim, 2. Valencia 2005.

IBI Capital Europea del JUguete Antiguo

IBI, CAPITAL EUROPEA DEL JUGUETE ANTIGUO

Por Raimundo Payá Moltó
raimundopaya@telefonica.net

Hoy es un sueño. ¡Ojalá!, mañana sea realidad.
Cuando se habla de Ibi, inmediatamente se recuerda que es la villa cuna del juguete.
El secretario de la Consellería de Cultura hablando del traslado del Museo de la Casa Gran a la Fábrica Payá dijo: “cuando nos lo creamos todos, nos marcaremos nuevos retos”.
La primera pregunta que me planteo es, ¿a qué todos se refería? ¿políticos? ¿instituciones?. Parece ser que el comentario iba dirigido a algunos miembros de la Fundación del Museo del Juguete.
¿Y los ciudadanos ibenses, los anticuarios y los muchos aficionados al juguete antiguo?. Ellos sí creen que es tiempo ya de marcarse nuevos retos. Lo afirmo con rotundidad.
En cambio en la Fundación aún se cuestionan qué beneficio podría reportar costear un anuncio del Museo del Juguete, en la primera revista de Juguete Antiguo de España editada en español e inglés y distribuida por todo el mundo. Llegaron a la conclusión de que no se obtendría beneficio alguno. Cuando me lo comentaron quedé noqueado. Creía en la altura cultural de los componentes de La Fundación. Son conscientes de que ha habido un descenso de visitas.
Pensando de ese modo no es de extrañar que los visitantes no puedan comprender el estado de cosas existentes. Un eminente catedrático de la Universidad de Zaragoza que vino no hace mucho, entusiasta del juguete antiguo y más en concreto de los trenes, me dijo: “Rai, ¿cómo es posible que la catedral de la ilusión esté llena de pajarracos disecados y no de las bellezas de juguetes que se fabricaron en la misma?. Me entristeció mucho ver ese panorama. ¿Os vais a conformar con que la fábrica Payá quede así?”.
Y no sólo es la fábrica. El Museo sigue falto de piezas emblemáticas como el Bugatti de Payá. No se aumentan los fondos sino que parte de las 4.400 piezas catalogadas, en su gran mayoría procedentes de Payá Hermanos S.A., se han visto disminuidas. ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué la gran mayoría de fabricantes ibenses no han querido donar al Museo piezas de sus fabricados?. ¿Por qué los actuales fabricantes de juguetes y quienes con su fábrica cerrada aún siguen teniendo fondos de valor, no forman parte de la Fundación?. Esto es grave, es algo que merece una profunda reflexión.
Estoy de acuerdo con la editorial de Escaparate que decía que era urgente un cambio y nuevo enfoque en la Fundación empezando por algunos de sus dirigentes. Es necesario que las nuevas ideas e iniciativas se abran paso programando actividades a realizar y desarrollando gestiones que conduzcan a revitalizar El Museo.
Con respecto a la inversión que se precisa para hacer de la Fábrica Payá el recinto oportuno no es tan elevada. Menos aún si tenemos en cuenta lo que su rehabilitación supondría para Ibi. No hay en toda Europa ninguna fábrica de juguetes en pié, de principios del siglo XX, que con tan poco esfuerzo pudiera ser el orgullo de un pueblo.
Si la nave se recuperara, si se llevara a la misma el Museo y se proyectaran actividades para niños, los mayores también podrían admirar toda la arqueología industrial que guardan sus muros y que es patrimonio de todos los ibenses. En cambio, estos valiosos tesoros hoy están amontonados de mala manera.
Si la nave se recuperara, podría ser el marco ideal para una gran Bienal. En esta Feria del Juguete Antiguo sabemos con seguridad que participarían anticuarios de Inglaterra, Francia, Alemania, Bélgica, Argentina y USA, a cuya gran concentración de Atlanta podríamos hermanarnos.
Gracias a estos eventos periódicos Ibi podría convertirse en un punto de atracción turística regional, nacional y mundial. No lo digo por decir, conozco a quienes harían posible este objetivo.
Este gran sueño no puedo realizarlo yo solo, depende en gran medida de nuestras instituciones y autoridades. No obstante quiero poner el primer granito de arena. Creemos una Asociación de Amigos del Juguete Antiguo que sea un acicate permanente. Ya hay un pequeño grupo de ibenses comprometidos con la idea pero necesitamos ser muchos más para que nuestras voces se oigan y sobre todo, se tengan en consideración.
Por eso invito a todas las personas que estén interesadas en la idea a unirse a este grupito inicial hasta que seamos un número suficiente como para poner en marcha la Asociación.
Escribid a mi mail para enrolaros. Iremos formando la lista hasta que podamos hacer la primera convocatoria fundacional. Pasadas fiestas, claro está.

Asociación Amigos del juguete de IBI

LA ASOCIACION DE AMIGOS DEL JUGUETE ANTIGUO DE IBI

Por Raimundo Payá Moltó
raimundopaya@telefonica.net

El 22 de noviembre de 2008 nacía en Ibi la Asociación de Amigos del Juguete Antiguo de Ibi. Nos reunimos un grupo de personas entre ellos coleccionistas de juguetes, algunos empresarios jugueteros aún en activo y otras personas interesadas por el mundo del juguete. Este grupo inicial constituyó la Asociación a la que se han ido uniendo la mayoría de museos del juguete y otros coleccionistas del resto de España y aún algún argentino que nos ha conocido através de internet.
Nos hemos propuesto los siguientes
FINES:
- Sensibilizar a la población sobre la riqueza cultural que supone el juguete antiguo, esencia de Ibi.
- Estudiar y divulgar la figura de los pioneros.
- Poner en valor el patrimonio que legaron al pueblo, especialmente la arqueología industrial, hasta conseguir que la villa de Ibi llegue a ser capital europea del Juguete antiguo.
- Propiciar acuerdos o colaborar con los particulares, las empresas, las organizaciones y entidades públicas y privadas que promocionen o puedan potenciar los fines anteriores.
- Dar a conocer el Museo Valenciano del Juguete de Ibi en la Comunidad, en España e incluso mundialmente y velar por su conservación y mejoramiento.
Así como realizar una serie de acciones que se iniciarán con las siguientes
ACTIVIDADES:
- Promocionar la celebración de eventos que contribuyan al logro de los fines propuestos.
- Difundir por medio de artículos en los medios especializados y en la prensa en general, el patrimonio juguetero de Ibi.
- Establecer relaciones con investigadores, coleccionistas y Museos del Juguete tanto nacionales como extranjeros para informar correctamente sobre nuestro patrimonio y ayudar a la mejor catalogación de sus fondos.
- Apertura y mantenimiento de un Blog sobre el juguete antiguo.
- Promocionar un espacio para albergar, catalogar y conservar cuantos juguetes antiguos podamos reunir y la documentación, escrita o gráfica que podamos recopilar con el fin de que no se pierda, y pase a la posteridad.
Tenemos nuestra sede en Ibi, en el Museo del Juguete Valencià en la Calle Aurora Pérez-Caballero nº 4.
En la actualidad tenemos abierto en Blog en Internet que hemos titulado El juguete antiguo de Ibi. Os invito a visitarlo.
No os podeis imaginar la gran cantidad de coleccionistas de juguetes que se relacionan con nosotros, gracias a internet, preguntando e interesándose por nuestro patrimonio juguetero. Y no sólo en lo que respecta al juguete de hojalata de las décadas veinte y treinta del pasado siglo, sin duda los más apreciados, también se interesan por los trenes tanto mecánicos como eléctricos.
Entonces es cuando les digo que no se pierdan la magna exposición de trenes de Payá, Rico, Jyesa y los artesanos catalanes como Manamo, Hispania y otros, que ha realizado el Museo del Ferrocarril de Madrid en su sede de la calle de las Delicias. Allí se recogen más de mil piezas de trenes españoles de escala “0” 1923-1965 la gran mayoría fabricadas en Ibi, muchos de ellos con sus cajas originales litografiadas. Esta gran colección pertenece a un coleccionista privado llamado Johnny Hassan
También observo un creciente interés por las miniaturas de las marcas Guisval, Guiloy, Mira, Pilen, Joal y Clim. Preguntan sobre sus productos pero también sobre detalles tanto personales de los fundadores, como los avatares que rodearon su surgimiento. En diferentes páginas web como rosaspage.com se habla de ellas y veo con satisfacción que se van enriqueciendo gracias a la información que personalmente les envío.
Tengo muchas satisfacciones al dar a conocer nuestro patrimonio juguetero. Incluso la Administración tan reacia durante años, nos ha dado la alegría de anunciar que va a recuperar 900 m2 de la fábrica Payá para destinarlos a Museo del Juguete. A ver si conseguimos poner en valor el patrimonio que pertenece al pueblo de Ibi.
El Museo en la Fábrica de Payá tendrá un plus en comparación a los de otros muchos museos tanto españoles como extranjeros, todos ellos muy dignos de visitar, situados en magníficos edificios como por ejemplo el modernista, de San Feliu de Guixols, el del siglo XVIII de Candeleda, el emblemático de Figueres pero ninguno, por bello que sea, está situado en la fábrica que vió nacer los juguetes que exponen.
Esa será nuestra ventaja competitiva y, sin duda, la posibilidad de contemplar el lugar donde se diseñaban, y fabricaban los juguetes de Payá constituirá un gran atractivo, un lugar de encuentro de investigadores interesados. Como me dijo el catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Zaragoza, gran coleccionista de juguetes, “la Fábrica Payá es la catedral de la ilusión”. Es verdadera arqueología industrial. La única fábrica europea de juguetes que queda en pié de principios del siglo XX. La recuperación y puesta en valor de los procesos de fabricación, las máquinas y los cartapacios de los diseños de los juguetes sería un foco de atracción hacia nuestro pueblo. Siempre lo pensé y más todavía cuando vi el trabajo de Aurora Serralta.
Tuve el gusto de visitar la nueva fábrica de Guisval y no os podeis imaginar cuánto disfruté. Aurora ha dedicado una sala a museo de sus fabricados. Ha catalogado sus miniaturas por años de fabricación desde 1970. Allí queda patente el progreso de diseño y calidad a lo largo del tiempo.
Sería estupendo poder ver reunidos los juguetes que en Ibi se han realizado. Qué delicia para los expertos coleccionistas y para cualquier amante del juguete antiguo. Tendría oportunidad de contemplar el nacimiento y la trayectoria de nuestro patrimonio ibense.
Con esa esperanza hago un llamamiento a todos los fabricantes de juguetes tanto los que están en activo como los que ya cesaron y a cualquier persona interesada por este proyecto, para que se unan a la Asociación del Juguete Antiguo de Ibi para juntos poder defender este gran bien cultural. Muchas personas a lo largo de todo el mundo confían en que Ibi sea un foco de difusión y lidere esta nueva etapa de reconocimiento y valoración del juguete antiguo. Tenemos condiciones, como nadie, para lograrlo.
Para asociarse enviar un mail al Secretario de la Asociación Juan José Aracil Chamorro. juanjoxapo@hotmail.com o escribir a Alfonso el Sabio 52, 3º. 03440 Ibi. Alicante.