domingo, 16 de noviembre de 2008


OLIVO PARA PAYA HERMANOS.

Por Raimundo Payá Moltó.
raimundopaya@telefonica.net UN


El pasado viernes la Unión Comarcal de Empresarios de la Foia de Castalla, decidió plantar un olivo en la Glorieta de los Ilustres, como recordatorio de los fundadores de Payá Hermanos: Pascual, Emilio y Vicente Payá Lloret. La segunda generación estuvo constituida por mi padre Raimundo y mis tíos Ramón y Artemio Payá Rico.
El Presidente de esta agrupación Fernando Casado habló de un recordatorio porque, según sus palabras, el homenaje han de hacerlo las autoridades.
La industria juguetera en Ibi tuvo una evolución constante desde 1893 aunque jurídicamente empieza el 3 de febrero de 1905 que es la fecha de la primera escritura otorgada por mi bisabuelo Rafael Payá Picó a tres de sus hijos.
En 1909 ya presentan en la Exposición Regional celebrada en el Ateneo Mercantil Valenciano, una vitrina con juguetes por la que reciben la medalla de oro y la invitación a participar en 1910 en la Exposición que se celebró en Buenos Aires con motivo del Primer Centenario de la Independencia de Argentina. Este fue el primer reconocimiento a nivel internacional.
Como hitos destacables debo decir que la primera era dorada de Payá Hermanos se desarrolló en los años treinta del siglo pasado gracias a sus muy apreciados juguetes de hojalata. Estos juguetes son hoy en día piezas estimadísimas por museos españoles y europeos así como por coleccionistas y anticuarios de diversas partes del mundo.
Son dignos de reseñarse la moto con sidecar llamada tuf-tuf, el bólido Bugatti del que se ha dicho: “Si algún Bugatti de juguete presidiese la mesa de despacho de Ettore Bugatti, este habría sido el Bugatti de Payá, un juguete que quedará como testimonio mundial de la calidad y prestigio de nuestra industrial juguetera” y el cine sonoro Rai que ya en 1934 se patentó en seis naciones diferentes: EE.UU, Inglaterra, Francia, Alemania. Suiza y Argentina, siendo el primer cine sonoro mundial. No hablaba pero sí tenía sonido.
El 19 de julio de 1949 el Ministerio de Trabajo acordó conceder a Pascual Payá Lloret la medalla al mérito del trabajo “para recompensar las cualidades excepcionales que concurren en empresarios dentro de la esfera laboral”.
En la actualidad los reconocimientos a Payá Hermanos se centran en el Círculo de Empresarios de España que incluye a mi abuelo Pascual en su libro “Los cien empresarios españoles del siglo XX”, así mismo está incluido en el tomo “Los cien empresarios valencianos del siglo XX”. Y el último reconocimiento ha venido de la Real Academia de la Historia de España que lo ha declarado Personaje Ilustre de España.
Pero el mejor homenaje a Payá Hermanos aún está pendiente en su pueblo. Sería poner en valor la fábrica que tantos recuerdan como “La catedral de la ilusión” y abrirla al público para que propios y extraños pudieran admirar la única arqueología industrial juguetera de toda Europa. De ese modo conseguiríamos que Ibi fuera, con todo merecimiento, la Capital Europea del Juguete Antiguo.

1 comentario:

Héctor dijo...

Ese merecidísimo homenaje hace mucho tiempo que debería haberse hecho, pero nunca es tarde si la dicha es buena, así que confiemos en que lo hagan temprano.